Fecha de publicación 18/10/2018
Turismo en Portugal Lisboa, la capital del mundo del Street Art
Los últimos años en Lisboa han supuesto una auténtica revolución para sus muros, que han pasado de ser un elemento constructivo a convertirse en verdaderos lienzos. Auspiciados por creadores locales como Vhils y por la Galeria de Arte Urbana, un organismo municipal dedicado a incentivar y legalizar estas intervenciones, toda la ciudad se ha visto embellecida y reinventada en un museo al aire libre que es una gozada descubrir. Este es un recorrido que nace del corazón de la ciudad y que termina en barrios inesperados que están en plena ebullición.
Para que puedas disfrutar de todo ello, te animamos a descubrir nuestro hotel en Lisboa. Su inmejorable ubicación, muy cerca de la plaza del Marquês de Pombal, la avenida da Liberdade —repleta de tiendas de lujo— y el parque Eduardo VII, lo convierte en un lugar perfecto para comenzar a recorrer cómodamente los rincones que cautivaron al mismísimo Fernando Pessoa.
¡A disfrutar, aprender y posar!
Cronos
Todo germinó hace ocho mayos. Aquella mañana de primavera, la Avenida Fontes Pereira do Melo —una calle exclusiva situada a unos pasos del hotel Iberostar Selection Lisboa— amaneció con tres de sus edificios convertidos en enormes lienzos para los artistas urbanos más famosos del momento: Gémeos, Blu y SAM3. Comisariado e impulsado por Alexandre Farto (alias Vhils), este proyecto llamado Cronos nació para concienciar a la ciudad sobre la relevancia del Street Art y, de paso, dejar a la urbe una obra que estaba destinada a desaparecer bajo la piqueta. Y sin embargo, hoy sigue en pie y se ha convertido en una de las ‘gamberradas’ artísticas más famosas e inspiradoras del mundo.
LX Factory
Más que un fenómeno local, esta fábrica ubicada bajo el puente de Alcántara ha supuesto toda una revolución global. Estamos ante un ejemplo de edificio industrial entregado a creadores, lo que ha generado una especie de universo paralelo donde la imaginación no tiene límites. Se podría decir que sus torrentes de ideas contagian y alegran el día. Y, por supuesto, en este ecosistema de tiendas, bares, estudios y librerías, el arte urbano se ha ganado un hueco como aviso de que aquí se cuece algo y como discurso estético disruptivo e indiscutiblemente estimulante.
Underground Village
La Underground Village es la imaginación hecha coworking. En este espacio, recuperado de las antiguas instalaciones del tranvía de Lisboa, justo al lado de la LX Factory, se acumulan contenedores obsoletos y autobuses londinenses (sí, sí, traídos directamente desde la metrópolis británica) en lo que a primera vista parece un cementerio de gigantes. Y, sin embargo, su interior se ha transformado para albergar oficinas y cafeterías hipster, cuyos exteriores son grandes lienzos coloridos que anticipan lo que espera dentro. Explorar cada rincón es como navegar entre balcones, pasarelas metálicas e incluso columpios.
Uno de los objetivos iniciales de la GAU (Galeria de Arte Urbana) fue evitar que el Bairro Alto se llenara de pintadas que, en el fondo, son las antípodas de esta disciplina underground. Por eso, incentivó e instó a los artistas locales más brillantes a recuperar la tradición muralista y reivindicativa de sus calles. Como resultado, surgieron obras como el Fresco Revolucionario de la Travessa dos Fleis de Deus, una creación de Antonio Alves y RIGO, con la que rinden homenaje a los carteles que, en los años 70, sirvieron como acicate para la Revolución de los Claveles.
Alfama
No obstante, el imaginario local sigue teniendo presencia en otros rincones de Lisboa. En las callejuelas y cuestas del histórico barrio de Alfama, el fado conquista las paredes de diversas formas. Una de ellas, la más monumental, es el homenaje de Vhils a Amália Rodrigues en un pequeño parque de la Rúa São Tomé, en forma de mosaico de adoquines. Otra es Fado Vadio, una enorme fachada que decora folclóricamente la escalerita de São Cristóvão, y que representa un auténtico repaso a la historia de este género musical, con Fernando Maurício y Maria Severa como protagonistas.
Bajar (o subir) del castillo a Baixa es todo un laberinto peatonal donde los nuevos estilos de murales han encajado a la perfección. Su presencia alegra la caminata y la adereza con fotos inesperadas ante imágenes tan hipnóticas como los ojos Segue ubicados en Beco do Maldonado (en la imagen). Además de la iniciativa propia de cada creador, Alfama ha sabido adaptarse al siglo XXI con festivales como Paratissima, que promovió un tipo de intervención más artística que reivindicativa.
Calçada da Glória
Otra de las paradas imprescindibles de este recorrido es la Calçada da Glória, famosa por el funicular homónimo que asciende hasta el Bairro Alto. A lo largo de esta empinada calle se improvisaron hace unos años enormes lienzos para que, periódicamente, fueran intervenidos por grafiteros locales. Una iniciativa de la Galeria de Arte Urbana con la que se logra una fusión perfecta entre el patrimonio histórico y el arte contemporáneo… y callejero.
Marvila
Vhils no solo incita y crea, también ha conseguido sofisticar el Street Art en Lisboa. Hace unos años abrió Underdogs, una galería de arte dedicada a sus colegas grafiteros, donde expone las obras y corrientes más destacadas de este lenguaje. Su presencia ha impulsado el barrio de Marvila hasta convertirlo en el nuevo place to go para los viajeros más creativos y, además, ha alegrado sus muros con obras como las de Okuda San Miguel (en la imagen). La razón es sencilla: cada vez que un artista expone en su galería, asume el compromiso de pintar una obra en el exterior.