Fecha de publicación 30/08/2017
Turismo en Andalucía De Huelva a Málaga por las mejores playas
Naturaleza, relax, deportes y la mejor gastronomía
PLAYA DE MAZAGÓN
¡Playas, qué lugares! Aunque la famosa canción no lo dijera así, estas extensiones doradas de arena son el epicentro del verano, el auténtico patio de recreo del mundo. Si se elaborara una lista con las mejores playas del planeta, Andalucía merecería un capítulo aparte por su calidad y diversidad.
Para los que buscan descubrir nuevos paisajes y para quienes desean volver a disfrutarlos, esta selección reúne las más bellas, las más singulares y las que mejor se combinan con unas vacaciones de lujo al estilo de los hoteles en Andalucía de Iberostar.
Entre todas ellas destaca Mazagón, en Huelva: una extensa franja salvaje entre Doñana y el Atlántico, donde la única construcción que rompe el horizonte es la Torre del Oro, erguida y solitaria, resistiendo al paso del tiempo mientras domina el paisaje.
PUNTA UMBRÍA
Punta Umbría es, como su nombre sugiere, una especie de espigón natural formado por la desembocadura del río Odiel en el mar. En otras palabras, se trata de una lengua de arena casi salvaje, donde las zonas urbanizadas se mezclan con espacios naturales llenos de paz y con muy poca masificación.
Es una opción ideal para los nómadas de la arena, aquellos que disfrutan cambiando de lugar a lo largo del día, buscando diferentes perspectivas del mar y la costa.
Y si prefieres quedarte quieto, solo necesitas seguir el ritmo de las mareas y dejar que la brisa de Poniente refresque el momento, envolviéndote en la calma característica de este rincón onubense.
PUNTA DEL CAIMÁN (ISLA CRISTINA)
Isla Cristina e Isla Canela están separadas por el río Carreras, que divide el litoral en dos. A ambos lados, la costa ofrece playas largas, tranquilas y bordeadas de dunas que se funden suavemente con las marismas.
A pesar de la sensación de aislamiento y naturaleza virgen, se trata de un arenal accesible y bien equipado, con servicios y una agradable oferta de ocio.
En el extremo oeste, el atractivo está en caminar hasta el Guadiana, mientras que en el este el límite lo marca Punta del Caimán, donde al atardecer el agua y los tejados de Isla Cristina se confunden en un reflejo dorado que resume toda la magia del Atlántico andaluz.
PLAYA DE LA BARROSA (CHICLANA DE LA FRONTERA)
Quizá sea uno de esos secretos que, aunque ya descubierto por muchos viajeros, sigue conservando su esencia natural y serena. Sus dunas y arenas doradas se extienden desde Chiclana de la Frontera hasta Roche, atravesando la zona de Novo Sancti Petri, donde en los últimos años los hoteles y exclusivos beach clubs han logrado integrar lujo y sostenibilidad sin alterar su calma original.
Aquí, los días se llenan de golf, largos paseos junto al mar, baños refrescantes y cócteles al atardecer, todo sin aglomeraciones ni interferencias. En este inmenso arenal hay espacio y opciones para todos, lo que convierte a La Barrosa en uno de los destinos más equilibrados y deseados del litoral andaluz.
LOS CAÑOS DE MECA (BARBATE)
¿Quién dijo que en Andalucía no hay calas desiertas? Entre los acantilados del Cabo de Trafalgar, en la costa atlántica gaditana, aparecen casi de la nada estas pequeñas playas escondidas, a las que se accede por pasarelas de madera y que son el refugio perfecto para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza.
El espectáculo natural está garantizado: aguas limpísimas, arenas doradas y una barrera de rocas y vegetación que protege este paraíso costero.
Su ambiente bohemio y libre se traduce también en veladas surferas y animadas, donde la música, el mar y la brisa crean una experiencia playera tan auténtica como inolvidable.
PLAYA DE BOLONIA (TARIFA)
Imagina, para empezar, un océano azul intenso, sereno y espectacularmente fotogénico, del que nace una amplia alfombra de arena que culmina en una duna majestuosa. Desde lo alto, los arbustos y las rocas acompañan una vista panorámica única, mientras que, a un costado, emergen los restos de la antigua ciudad romana Baelo Claudia.
Un escenario de ensueño que existe de verdad, donde historia y naturaleza conviven en perfecta armonía. Por todo ello, la Playa de Bolonia es uno de los lugares imprescindibles de la costa de Cádiz, símbolo de esa fusión tan especial entre cultura, paisaje y belleza salvaje.
PUNTA PALOMA (TARIFA)
Junto a Valdevaqueros, la playa más famosa para los amantes de los deportes acuáticos en Tarifa, Punta Paloma ofrece una versión más tranquila del paraíso gaditano. Aquí, las velas y las tablas dejan paso al silencio, la arena dorada y el mar en calma, en un entorno donde el tiempo parece detenerse.
Su encanto radica en el contraste entre la suavidad de las dunas, el brillo del Atlántico y las rocas que emergen de los acantilados cercanos. Cuando el viento empuja la arena hasta ocultar la carretera, el paisaje se vuelve aún más salvaje y misterioso.
Y al final del día, nada como descubrir los pequeños bares de pescadores, auténticos refugios marineros que conservan la esencia de un Tarifa más antiguo, donde la pesca sigue siendo arte y tradición.
PLAYA DE LA RADA (ESTEPONA)
La Costa del Sol es prácticamente sinónimo de playas urbanas cómodas, equipadas y llenas de vida. Sin embargo, algunas, como la Playa de la Rada, han sabido integrarse en la ciudad sin perder su tranquilidad ni su encanto mediterráneo.
Este arenal, galardonado con la Bandera Azul y la Q de Calidad Turística, ofrece todos los servicios imaginables: duchas, zonas deportivas, chiringuitos y un extenso paseo marítimo ideal para disfrutar durante todo el día.
Y, por supuesto, el ambiente huele a espetos de sardinas y a verano, ese aroma inconfundible que define la esencia más auténtica de la costa malagueña.
PLAYA DE RÍO VERDE (MARBELLA)
La animada vida de Marbella se detiene un instante en este rincón tranquilo, situado entre Puerto Banús y el casco histórico de la ciudad. Es un auténtico oasis de calma y elegancia, donde todo está cuidado al detalle: la arena limpia, el agua cristalina y el entorno ordenado que caracteriza a los mejores hoteles en Marbella.
Su amplitud y las vistas panorámicas de la Sierra Blanca crean un efecto detox visual que invita a desconectar. Aquí se entiende fácilmente por qué este paraíso malagueño lleva décadas enamorando tanto a locales como a visitantes internacionales.
PLAYA DE TORROX COSTA
Un estudio de hace algunos años aseguró que Torrox disfruta del mejor clima del mundo, con escasas precipitaciones y una temperatura media perfecta: suave en invierno y agradable en verano.
A este privilegio meteorológico se suma su larga playa principal, de arena oscura pero fina, que invita a caminar descalzo hasta llegar al faro, punto final de un paseo marítimo lleno de encanto.
Lejos de los clichés de las postales malagueñas, Torrox Costa ofrece un paisaje distinto, sereno y auténtico, donde el Mediterráneo se muestra en su versión más pura.