Estos hoteles en Fuerteventura están pensados para que la vivas (y no solo la visites). Nombrada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, la isla canaria te dará todo lo que le pides a unas vacaciones lentas y hedonistas junto al Océano Atlántico. Tan solo necesitas una semana y mucha calma. Pero ¿qué hacer en la “Majorera” (el apodo proviene de los majos, sus antiguos pobladores aborígenes) durante siete días? Aquí van algunas ideas.
Día 1: llegada a Fuerteventura y primeras sensaciones
Bienvenida a la isla del viento
El viaje de tu vida comienza con la llegada al Aeropuerto del Matorral. Aunque podrías contratar un transfer para desplazarte hasta tu alojamiento, te aconsejamos alquilar un coche para moverte con libertad y a tu propio ritmo. Una vez allí, prepárate para hacer check-in en una de las mejores playas de Fuerteventura. Alójate en Iberostar Selection Fuerteventura Palace, uno de esos hoteles 5 estrellas en Fuerteventura a los que siempre querrás volver, para empezar a sentir la magia de la isla del viento desde Playa de Jandía.
Puesta de sol en Playa de la Barca
En Fuerteventura, hasta el plan más simple se convierte en el más especial: dar un paseo por la orilla al atardecer para después saborear una cena ligera a base de productos locales te conectará con el destino. La isla te recibirá con un cielo de colores vibrantes en cualquier época del año. En la mesa, no pueden faltar los quesos majoreros, las papas con mojo y el vino canario. A tan solo veinte minutos de Jandía, en la zona de Costa Calma, se encuentra Playa de la Barca, una localización famosa por sus puestas de sol.
Día 2: dunas de Corralejo y mar
Una mañana entre dunas y océano
Iberostar Waves Gaviotas Park es uno de los mejores hoteles familiares en Fuerteventura para explorar la naturaleza isleña. Además de contar con un parque acuático en sus instalaciones, su ubicación privilegiada te permitirá moverte fácilmente por la isla para disfrutar de todo tipo de excursiones en familia. Por ejemplo, una mañana en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo donde, tras una caminata con los pies descalzos por su arena asombrosamente blanca, podrás zambullirte en las playas vírgenes del Bajo Negro o El Médano.
Una tarde en Corralejo: ambiente de surf y cafés bohemios
Por la tarde, y tras saborear un almuerzo lento con vistas al mar, continúa bajando el ritmo mientras te adentras en el ambiente surfero de Fuerteventura, reflejado en los cafés bohemios de Corralejo. Un paseo por el pueblo te acercará más a la cultura local. Piérdete por sus tiendas de artesanía y empápate de su vida costera. ¿Y al atardecer? Punta Elena o Playa Bristol, dos rincones a cada cual más inspirador, te dejarán sin palabras.
Día 3: el norte rural (La Oliva, Tindaya y sus tradiciones)
Explorando la esencia majorera en La Oliva
Muévete por la isla desde los hoteles Todo Incluido en Fuerteventura para sentir la esencia majorera. Estos consejos te ayudarán a reducir la huella de carbono de tus vacaciones mientras lo haces. Arranca tu escapada de un día al norte rural en el pueblo de La Oliva, con una parada en la Casa de los Coroneles y, si coincide con tu visita, otra en el Mercado de los Sábados. Por último, acércate hasta el Mirador de Vallebrón (el camino a pie es fácil y apto para todos los niveles).
La Montaña de Tindaya: espiritualidad y paisaje
La Montaña de Tindaya, un lugar sagrado desde los tiempos de los mahos o majoreros, está cargada de espiritualidad, energía telúrica y leyendas. Se utilizó como observatorio astronómico y, varios siglos más tarde (con la llegada de los españoles), empezó a ser conocida como “la montaña de las brujas” por los rituales que allí se realizaban. Aunque hay que pedir permiso para subir a la cima, tendrás la oportunidad de recorrer sus alrededores a través de una ruta circular suave. Este plan de aires místicos se lleva especialmente bien con un otoño tranquilo en Fuerteventura.
Cena en una finca local con productos de kilómetro 0
¿Qué hacer en Fuerteventura para seguir conectando con su autenticidad? Reserva en tu agenda del viaje una noche para saborear una cena en una finca local a base de comida típica de Canarias, donde los productos de kilómetro 0 serán los protagonistas. Platos como el sancocho canario, el potaje de berros, las arepas, el escaldón de gofio y los tollos te hablarán de la personalidad de la isla. Y, para terminar, algo dulce: un bienmesabe, un frangollo o un Príncipe Alberto.
Día 4: slow life en el Cotillo
Playa, lectura y calma en el Cotillo
¿Sabías que Fuerteventura ha sido reconocida como uno de los mejores destinos LGTBI+ del planeta? Experimenta su diversidad mientras te entregas a la lectura en el Cotillo, un pueblecito de pescadores rodeado de lagunas marinas, acantilados y calas donde la libertad se mueve con el viento. Las playas de La Concha, Los Charcos y Los Lagos, perfectas para practicar la filosofía slow life, se convertirán en tu remanso de paz.
Tarde de faro y paseo entre rocas volcánicas
Los hoteles en Fuerteventura te darán acceso a paisajes costeros que parecen sacados de un sueño. Muy cerca del Cotillo, se sitúa el Faro del Tostón, un rincón idílico ubicado entre rocas volcánicas de color negro. Continúa con tu día de relax, mientras paseas por sus alrededores y contemplas la inmensidad del Océano Atlántico desde su mirador. Puedes aprovechar que estás allí para completar el plan con una visita al Museo de la Pesca Tradicional, ubicado en el mismo complejo que el faro.
Día 5: el corazón volcánico
Betancuria, la antigua capital
Antes que La Oliva y Puerto del Rosario, Betancuria fue la capital de Fuerteventura. Concretamente, entre 1405 y 1834. Hoy, está considerado uno de los pueblos más bonitos de Canarias y también de España. ¿La mejor manera de captar su verdad? Perderte por sus calles y plazas con los ojos bien abiertos. Detente a admirar sus monumentos emblemáticos, como la Iglesia de Santa María; recorre los museos locales (que te darán algunas pistas acerca de cómo practicar el community-based tourism en este destino); o siéntate en una terraza con encanto para saborear una taza de café de puchero.
Naturaleza interior: miradores y palmerales
La naturaleza interior de la isla del viento está hecha de miradores y palmerales, de parajes lunares que se extienden hasta donde alcanza la vista y de cielos encendidos. Ríndete a su belleza con una ruta en coche por el Parque Natural de Betancuria. ¿Algunas paradas obligatorias? El Mirador de Morro Velosa, obra del reconocido arquitecto canario César Manrique, y el Barranco de las Peñitas, que acoge la Ermita de la Peña. Al final de la jornada, vuelve a los mejores hoteles en Jandía para relajarte junto a la playa.
Día 6: Isla de Lobos, un paraíso natural frente a Corralejo
Excursión en barco desde Corralejo
Elegir hoteles en primera línea de mar en Fuerteventura lo cambiará todo. Iberostar Waves Playa Gaviotas, un resort que destaca por su propuesta de ocio y deportes acuáticos, está especialmente diseñado para la comodidad y la diversión de toda la familia. Desde allí tendrás la posibilidad de desplazarte hasta Corralejo y de coger un barco que, en menos de quince minutos, te llevará a la Isla de Lobos, un paraíso de aguas turquesas y cristalinas. El Puertito y la Playa de la Concha son ideales para el baño. Además, podréis sumaros a una excursión a pie por senderos ya marcados.
Desconexión total en un entorno natural protegido
En los resorts en Fuerteventura y, en especial, en este entorno protegido y de acceso controlado, no te resultará difícil desconectar y olvidarte de todo. Regálate un instante mindfulness y permanece en el aquí y ahora de tus vacaciones sin pensar en nada más, mientras conectas contigo mismo y con la naturaleza que te envuelve. A modo de curiosidad, tal vez te interese saber que en Isla de Lobos únicamente hay un habitante censado. ¿Te toparás con él en algún momento?
Día 7: El sur profundo o Cofete y su lado salvaje
Ruta escénica en 4x4
El último día del viaje se volverá aún más significativo si le añades un toque de aventura. En la Playa del Cofete, una costa virgen ubicada al sur de la isla, experimentarás el lado más salvaje de “la Majorera”. Está considerada una de las playas más solitarias de Europa. Los deportes extremos, entre ellos, las rutas en 4x4, te ayudarán a liberar adrenalina y a llevarte contigo una imagen escénica del destino, casi como si formara parte de una película. El Mirador de Cofete te regalará unas vistas cinematográficas.
Visita a la misteriosa Villa Winter
La Villa Winter tiene mucho de literatura. Se dice que este enigmático caserón ubicado a las afueras de la localidad de Cofete, construido en 1946 por Gustav Winter, un ingeniero alemán que huyó a España y que, según la leyenda, organizaba fiestas clandestinas a las que asistían altos cargos del gobierno nazi, alberga túneles secretos que comunican directamente con el mar para poder acceder sin ser visto. Su actual inquilino, Pedro Fumero, se dedica a estudiar su infraestructura para unir las piezas que le faltan a su historia.
Despedida frente al mar
¿Qué mejor forma de despedirte de tus vacaciones que organizando un pícnic en la playa al atardecer? Hazlo frente al mar para culminar esta semana en hoteles 4 estrellas en Fuerteventura. Después de siete días y siete noches que recordarás toda la vida y a las que, con toda seguridad, siempre querrás regresar, piensa en el momento del check-out como en un hasta luego en lugar de como en un adiós para hacer más llevadera la vuelta.
Consejos para viajar a Fuerteventura con alma slow
Alójate con Iberostar
Alojarte con Iberostar no sólo te dará la oportunidad de quedarte en los mejores hoteles en Fuerteventura, sino que además te garantizará una estancia de ensueño con alma slow. Gracias a su filosofía sostenible y a sus localizaciones únicas, en estos resorts en primera línea de playa hallarás el espacio y la atmósfera propicios para bajar las revoluciones, tanto si viajas en pareja, con amigos o en familia. Te esperan planes inspiradores, atención personalizada, instalaciones concebidas para cuidarte y dejarte cuidar, un sinfín de opciones de entretenimiento y una gastronomía estrechamente vinculada a las tradiciones canarias.
Prioriza los restaurantes de comida local
Hablando de gastronomía: priorizar los restaurantes de comida local también constituye una buena manera de saborear la energía pausada de la isla del viento. En una tierra bañada por el Océano Atlántico y marcada por la presencia de seis volcanes milenarios, cada producto de temporada, cada ingrediente de kilómetro 0, es el resultado de un proceso ancestral que habla de los ciclos de la naturaleza y de las estaciones. Y eso (pronto lo comprobarás) se refleja en su modo de entender la cultura culinaria.
Evita las prisas: deja espacio para la improvisación
Frente a las prisas y a la planificación excesiva (el afán de hacerlo y abarcarlo todo durante los viajes es el enemigo número uno de la felicidad slow), apuesta por la tranquilidad que aporta improvisar. Dicho de otro modo: vive la espontaneidad como una forma más de relax, dejando de lado las presiones y los horarios marcados para abrirte al asombro y a la curiosidad de no saber qué va a pasar a continuación.
Escucha el viento: forma parte de la experiencia
Si el elemento aire tuviese un lugar del planeta favorito, sería Fuerteventura. Conocida como “la isla del viento” por los vientos alisios que la recorren, constantes y moderados la mayor parte del año (durante el mes de julio, estos suelen soplar con mayor intensidad), tu estancia te dará la oportunidad de pararte a escuchar su impulso en cada rincón. Además, el relieve volcánico y la posición geográfica cerca de África de este destino con espíritu libre lo convierten en uno de los mejores sitios para la práctica de deportes acuáticos como el surf y el windsurf.
En Fuerteventura, menos es más
En unas vacaciones que transcurren en hoteles en Fuerteventura, menos es más. Las actividades sencillas y relajadas contribuirán a que tus biorritmos se equilibren con los de la isla. Prueba a simplificar los planes y también tus propios pensamientos y puntos de vista, reservándote momentos para la meditación, la contemplación y la conexión con toda la belleza que te rodea. Poco a poco, lograrás estar completamente presente.
