Hablar de gastronomía marroquí es trasladarnos a una de las cocinas con más personalidad, no sólo del norte de África, sino de todo el continente. Cocina de sabores almizclados, de especias imposibles, de fusión de lo dulce con lo salado, de mesa que se comparte con la familia y con el desconocido, de tradición y de modernidad, de magia y de misterio. Marruecos, es ese paraíso de ojos profundos que hace honor a un proverbio árabe que dice: “Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”.

<h2>TAJINE</h2>

<p>De origen bereber,<strong> el tajine (o taj&iacute;n) es uno de los platos m&aacute;s emblem&aacute;ticos de la cultura marroqu&iacute;.</strong> Su nombre procede del recipiente en el que se cocina, que se llama tambi&eacute;n tajine (exactamente igual que en Espa&ntilde;a sucede con la paella). En su interior encontramos <strong>un estofado de carne, pescado o verduras</strong> donde las especias, los d&aacute;tiles y las ciruelas tienen un papel importante. Su <strong>cocci&oacute;n es a fuego lento</strong> y aprovecha el vapor acumulado en su caracter&iacute;stica tapa con forma de cono, que rehidrata constantemente el guiso y lo convierte a su vez en una opci&oacute;n muy saludable.</p>

TAJINE

De origen bereber, el tajine (o tajín) es uno de los platos más emblemáticos de la cultura marroquí. Su nombre procede del recipiente en el que se cocina, que se llama también tajine (exactamente igual que en España sucede con la paella). En su interior encontramos un estofado de carne, pescado o verduras donde las especias, los dátiles y las ciruelas tienen un papel importante. Su cocción es a fuego lento y aprovecha el vapor acumulado en su característica tapa con forma de cono, que rehidrata constantemente el guiso y lo convierte a su vez en una opción muy saludable.

<h2>PASTELA</h2>

<p>La mejor forma de <strong>abrir un banquete marroqu&iacute;</strong> es con una buena <strong>Pastela</strong>. Se trata de un delicioso <strong>pastel dulce y a la vez salado</strong> hecho con pasta filo que alberga en su interior un guiso de pollo, cebolla, almendra y especias m&uacute;ltiples entre las que no faltan el comino, la canela y la c&uacute;rcuma. El relleno se prepara el d&iacute;a anterior y se deja reposar, lo que hace que los sabores estallen en el paladar.</p>

PASTELA

La mejor forma de abrir un banquete marroquí es con una buena Pastela. Se trata de un delicioso pastel dulce y a la vez salado hecho con pasta filo que alberga en su interior un guiso de pollo, cebolla, almendra y especias múltiples entre las que no faltan el comino, la canela y la cúrcuma. El relleno se prepara el día anterior y se deja reposar, lo que hace que los sabores estallen en el paladar.

<h2>CUSC&Uacute;S</h2>

<p>El <strong>cusc&uacute;s (o cous cous)</strong> es a los marroqu&iacute;es lo que el arroz a los asi&aacute;ticos. Quiz&aacute; uno de los platos m&aacute;s antiguos de la cultura bereber, se tiene constancia de su existencia desde hace casi 1000 a&ntilde;os. Podr&iacute;amos decir que<strong> realmente es una guarnici&oacute;n del estofado</strong> con el que se acompa&ntilde;a. Se prepara con el mismo vapor de ese estofado, siendo muy famoso el de cordero con ciruelas. Aunque tiene un mill&oacute;n de variantes, una de las m&aacute;s curiosas es el <strong>cusc&uacute;s dulce denominado Seffa,</strong> adorado por los m&aacute;s peque&ntilde;os y plato muy com&uacute;n para festejar el nacimiento de un beb&eacute;.</p>

CUSCÚS

El cuscús (o cous cous) es a los marroquíes lo que el arroz a los asiáticos. Quizá uno de los platos más antiguos de la cultura bereber, se tiene constancia de su existencia desde hace casi 1000 años. Podríamos decir que realmente es una guarnición del estofado con el que se acompaña. Se prepara con el mismo vapor de ese estofado, siendo muy famoso el de cordero con ciruelas. Aunque tiene un millón de variantes, una de las más curiosas es el cuscús dulce denominado Seffa, adorado por los más pequeños y plato muy común para festejar el nacimiento de un bebé.

<h2>HARIRA</h2>

<p>Es una instituci&oacute;n en la mesa marroqu&iacute; y <strong>un b&aacute;sico durante el mes del Ramad&aacute;n</strong>. No puede faltar. La <strong>harira</strong> es una sopa bien contundente que lleva <strong>garbanzos, verduras, un mill&oacute;n de especias y carne</strong> de cordero, de vaca o de pollo entre otros. Su alto contenido cal&oacute;rico y su potente sabor lo convierte en el <strong>plato perfecto para romper el ayuno y ponerse las pilas. </strong>Se suele acompa&ntilde;ar con pan y fruta fresca, aunque depende mucho de las costumbres de cada familia. Como curiosidad, se toma caliente incluso cuando las temperaturas son abrasadoras.</p>

HARIRA

Es una institución en la mesa marroquí y un básico durante el mes del Ramadán. No puede faltar. La harira es una sopa bien contundente que lleva garbanzos, verduras, un millón de especias y carne de cordero, de vaca o de pollo entre otros. Su alto contenido calórico y su potente sabor lo convierte en el plato perfecto para romper el ayuno y ponerse las pilas. Se suele acompañar con pan y fruta fresca, aunque depende mucho de las costumbres de cada familia. Como curiosidad, se toma caliente incluso cuando las temperaturas son abrasadoras.

<h2>HUMMUS</h2>

<p>No necesita presentaci&oacute;n. Posiblemente sea <strong>el elemento de la cocina &aacute;rabe m&aacute;s universalizado.</strong> En Marruecos tambi&eacute;n se cocina el hummus y no es dif&iacute;cil encontrarlo en cualquier restaurante, pero &iquest;sab&iacute;ais que tambi&eacute;n se hace <strong>una versi&oacute;n con habas cocidas en vez de garbanzos?</strong> Se llama <strong>byessar</strong> y se est&aacute; poniendo bastante de moda en Europa dentro del mundo vegano, aunque en ocasiones se puede encontrar mal llamado &ldquo;pat&eacute; de haba&rdquo;. Sin duda es prueba irrefutable de que la gastronom&iacute;a marroqu&iacute; tambi&eacute;n tiene hueco para los platos bajos en calor&iacute;as,<strong> ideal para aquellos que tambi&eacute;n buscan cuidarse. </strong></p>

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HUMMUS

No necesita presentación. Posiblemente sea el elemento de la cocina árabe más universalizado. En Marruecos también se cocina el hummus y no es difícil encontrarlo en cualquier restaurante, pero ¿sabíais que también se hace una versión con habas cocidas en vez de garbanzos? Se llama byessar y se está poniendo bastante de moda en Europa dentro del mundo vegano, aunque en ocasiones se puede encontrar mal llamado “paté de haba”. Sin duda es prueba irrefutable de que la gastronomía marroquí también tiene hueco para los platos bajos en calorías, ideal para aquellos que también buscan cuidarse.

<h2>MSEMMEN</h2>

<p>No existe <a href="https://www.iberostar.com/inspiration-guide/gastronomia/comidas-mundo-desayuna-todo-mundo/" target="_blank">desayuno</a> en Marruecos sin estas <strong>deliciosas crepes,</strong> maravillas culinarias que tambi&eacute;n reciben el nombre de <strong>rghaif.</strong> Hay quien asegura que podr&iacute;an ser la versi&oacute;n marroqu&iacute; de las filloas, aunque su textura es m&aacute;s hojaldrada y su versi&oacute;n salada tiene tambi&eacute;n un p&uacute;blico importante. Es <strong>un tentempi&eacute; perfecto para agasajar a invitados que aparecen de repente.</strong> Y no es la &uacute;nica crepe que se cocina en Marruecos: otro tipo es el Beghrir, que se acompa&ntilde;a de miel y se dice que tradicionalmente ha de servirse a las mujeres cuando han dado a luz.</p>

MSEMMEN

No existe desayuno en Marruecos sin estas deliciosas crepes, maravillas culinarias que también reciben el nombre de rghaif. Hay quien asegura que podrían ser la versión marroquí de las filloas, aunque su textura es más hojaldrada y su versión salada tiene también un público importante. Es un tentempié perfecto para agasajar a invitados que aparecen de repente. Y no es la única crepe que se cocina en Marruecos: otro tipo es el Beghrir, que se acompaña de miel y se dice que tradicionalmente ha de servirse a las mujeres cuando han dado a luz.

<h2>CHEBAKIA</h2>

<p>O tambi&eacute;n <strong>shebbakiyya</strong>, significa algo as&iacute; como &ldquo;rejilla&rdquo;. Es <strong>uno de los postres que se comen justo despu&eacute;s de la harira,</strong> tras el ayuno del Ramad&aacute;n. Son unas caprichosas<strong> l&aacute;minas de pasta entrelazada, </strong>con almendra y an&iacute;s, recubiertas de miel y s&eacute;samo. El toque de la canela en algunas familias se sustituye por otras especias, jugando incluso con el cacao en polvo. &iquest;Su acompa&ntilde;amiento ideal? El innegociable <strong>t&eacute; moruno. </strong></p>

CHEBAKIA

O también shebbakiyya, significa algo así como “rejilla”. Es uno de los postres que se comen justo después de la harira, tras el ayuno del Ramadán. Son unas caprichosas láminas de pasta entrelazada, con almendra y anís, recubiertas de miel y sésamo. El toque de la canela en algunas familias se sustituye por otras especias, jugando incluso con el cacao en polvo. ¿Su acompañamiento ideal? El innegociable té moruno.

<h2>SFENJ</h2>

<p>Podr&iacute;amos hablar del <strong>h&iacute;brido perfecto entre el donut y el churro,</strong> el verdadero protagonista del street food del pa&iacute;s. Estos dulces son unas peculiares rosquillas que suelen comerse<strong> en el desayuno o en la merienda,</strong> y posiblemente configuren uno de los elementos gastron&oacute;micos marroqu&iacute;es m&aacute;s solicitados por lugare&ntilde;os y turistas en los puestos callejeros de Marrakech, de Fez o de Casablanca. Como su propio nombre indica (esponja), estas rosquillas son aut&eacute;nticas esponjas en la boca y su textura y sabor nos trasladan a los tradicionales churros espa&ntilde;oles. Ni qu&eacute; decir tiene que ba&ntilde;ados en chocolate caliente uno ya tiene el maridaje perfecto.</p>

SFENJ

Podríamos hablar del híbrido perfecto entre el donut y el churro, el verdadero protagonista del street food del país. Estos dulces son unas peculiares rosquillas que suelen comerse en el desayuno o en la merienda, y posiblemente configuren uno de los elementos gastronómicos marroquíes más solicitados por lugareños y turistas en los puestos callejeros de Marrakech, de Fez o de Casablanca. Como su propio nombre indica (esponja), estas rosquillas son auténticas esponjas en la boca y su textura y sabor nos trasladan a los tradicionales churros españoles. Ni qué decir tiene que bañados en chocolate caliente uno ya tiene el maridaje perfecto.

<h2>T&Eacute; MORUNO</h2>

<p>Decir que en Marruecos <strong>es m&aacute;s f&aacute;cil que te sirvan un t&eacute; que un vaso de agua</strong> no es para nada arriesgado. El <strong>t&eacute; moruno</strong> es posiblemente la letra del DNI de Marruecos, a pesar de que la tradici&oacute;n del t&eacute; apenas tiene un par de siglos de edad en el pa&iacute;s. Su composici&oacute;n carece de misterio, es una <strong>mezcla de t&eacute; verde con hierbabuena</strong> con o sin az&uacute;car. Seg&uacute;n la costumbre, el t&eacute; se ha de servir tres veces: <strong>La primera, amargo como la vida; la segunda, fuerte como el amor y la tercera, dulce como la muerte. </strong>Eso s&iacute;, como en Marruecos no sabe en ning&uacute;n sitio.</p>

TÉ MORUNO

Decir que en Marruecos es más fácil que te sirvan un té que un vaso de agua no es para nada arriesgado. El té moruno es posiblemente la letra del DNI de Marruecos, a pesar de que la tradición del té apenas tiene un par de siglos de edad en el país. Su composición carece de misterio, es una mezcla de té verde con hierbabuena con o sin azúcar. Según la costumbre, el té se ha de servir tres veces: La primera, amargo como la vida; la segunda, fuerte como el amor y la tercera, dulce como la muerte. Eso sí, como en Marruecos no sabe en ningún sitio.